Visión y Proposito



Nuestra visión y propósito, en perfecta obediencia al mandato de Jesús Nuestro Señor de "DISCERNIR LOS SIGNOS Y SEÑALES DE LOS TIEMPOS", es el difundir los Mensajes que para este tiempo final, Dios Padre esta recordando y explicitando a su Iglesia y al mundo a través de sus dos Ungidos y Testigos, es decir, los CORAZONES UNIDOS Y TRIUNFANTES DE JESÚS Y MARÍA, y así poder contribuir con su plan en el llamado y preparación de los DISCÍPULOS DEL FIN DE LOS TIEMPOS.


En cuanto a las Revelaciones y Profecías Privadas, que se publica en este Blog, en virtud de la derogación de los cánones 1399 y 2318 del Código de Derecho Canónico y de la vigencia del Decreto del Papa Urbano VIII, SOLO AL SANTO MAGISTERIO DE LA IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA Y ROMANA le corresponde determinar sus AUTENTICIDAD Y CARÁCTER SOBRENATURAL, a cuya decisión final dócilmente nos sometemos, sin olvidar, a San Pablo que nos exhorta: " No despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno" 1ra. de Tesalonicenses 5;20 y San Juan Evangelista que nos profetiza: " Pero cuando EL, el Espíritu de la verdad, venga, os guiará a toda la verdad,...... y os hará saber lo que habrá de venir." Jn 16;13.

Sin embargo, ya que, la Iglesia no objeta en principio el difundir estas revelaciones privadas, mientras se las estudia por su contenido y frutos, esperamos que no se las busque por la sola satisfacción de la curiosidad, sino por un deseo VERDADERO DE CONVERSIÓN Y SALVACIÓN para el Alma, traducido en la realización de obras de Misericordia Concretas.

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domingo, 21 de agosto de 2011

Las Palabras del Papa y sus 10 Consejos a los Jóvenes “Edifiquen su vida en Cristo y plantéense seriamente meta de la santidad”

Palabra del Papa Benedicto XVI

(Plaza de Cibeles -Madrid- 18 de Agosto 2011)

"Edifiquen su vida en Cristo y plantéense seriamente meta de la santidad"

"Hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o es malo, lo justo o lo injusto, decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias…"


- Benedicto XVI mostró ayer su preocupación por los jóvenes en paro y dijo que "la economía no se puede medir por la regla del máximo beneficio". Antes de descender del avión que le trasladaba a Madrid, el Pontífice declaró: "la crisis económica actual es también una crisis de ética, sin ella la economía no puede funcionar y el hombre tiene que ser el centro de la economía y no al revés".
- En su primer discurso en España pidió respeto para los católicos: "No pocos jóvenes, por causa de su fe en Cristo, sufren en sí mismos la discriminación. Se les acosa, queriendo apartarlos de Él, privándoles de los signos de su presencia en la vida pública".
- Con respecto a la Jornada Mundial de la Juventud, dijo que "es una cascada de luz y muestra el coraje de ser creyentes".
- Los jóvenes que han oído la voz de Dios "ven la superficialidad, el consumismo y hedonismo imperantes, tanta banalidad a la hora de vivir la sexualidad, tanta insolidaridad, tanta corrupción".
- "Que nada ni nadie os quite la paz; no os avergoncéis del Señor".
- En el discurso vespertino, el pontífice criticó implícitamente el aborto y la eutanasia:
"Hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o es malo, lo justo o lo injusto, decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias, dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso en cada momento. Estas tentaciones siempre están al acecho. Es importante no sucumbir a ellas porque, en realidad, conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios".



10 Consejos de S. S. Benedicto XVI a los Jóvenes

1) Dialogar con Dios
        "Alguno de vosotros podría tal vez identificarse con la descripción que Edith Stein hizo de su propia adolescencia, ella, que vivió después en el Carmelo de Colonia: "Había perdido consciente y deliberadamente la costumbre de rezar". Durante estos días podréis recobrar la experiencia vibrante de la oración como diálogo con Dios, del que sabemos que nos ama y al que, a la vez, queremos amar".
2) Contarle las penas y alegrías
       "Abrid vuestro corazón a Dios. Dejaos sorprender por Cristo. Dadle el "derecho a hablaros" durante estos días. Abrid las puertas de vuestra libertad a su amor misericordioso. Presentad vuestras alegrías y vuestras penas a Cristo, dejando que él ilumine con su luz vuestra mente y toque con su gracia vuestro corazón.
3) No desconfiar de Cristo
       "Queridos jóvenes, la felicidad que buscáis, la felicidad que tenéis derecho de saborear, tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazaret, oculto en la Eucaristía. Sólo él da plenitud de vida a la humanidad. Decid, con María, vuestro "sí" al Dios que quiere entregarse a vosotros. Os repito hoy lo que dije al principio de mi pontificado: 'Quien deja entrar a Cristo en la propia vida no pierde nada, nada, absolutamente nada de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren de par en par las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo que es bello y lo que nos libera'. Estad plenamente convencidos: Cristo no quita nada de lo que hay de hermoso y grande en vosotros, sino que lleva todo a la perfección para la gloria de Dios, la felicidad de los hombres y la salvación del mundo".
4) Estar alegres: querer ser santos
       "Más allá de las vocaciones de especial consagración, está la vocación propia de todo bautizado: también es esta una vocación a aquel 'alto grado' de la vida cristiana ordinaria que se expresa en la santidad. Cuando se encuentra a Jesús y se acoge su Evangelio, la vida cambia y uno es empujado a comunicar a los demás la propia experiencia (…). La Iglesia necesita santos. Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad. Os invito a que os esforcéis estos días por servir sin reservas a Cristo, cueste lo que cueste. El encuentro con Jesucristo os permitirá gustar interiormente la alegría de su presencia viva y vivificante, para testimoniarla después en vuestro entorno".
5) Dios: tema de conversación con los amigos
       "Son tantos nuestros compañeros que todavía no conocen el amor de Dios, o buscan llenarse el corazón con sucedáneos insignificantes. Por lo tanto, es urgente ser testigos del amor contemplado en Cristo. Queridos jóvenes, la Iglesia necesita auténticos testigos para la nueva evangelización: hombres y mujeres cuya vida haya sido transformada por el encuentro con Jesús; hombres y mujeres capaces de comunicar esta experiencia a los demás".
6) El domingo, ir a Misa
        No os dejéis disuadir de participar en la Eucaristía dominical y ayudad también a los demás a descubrirla. Ciertamente, para que de esa emane la alegría que necesitamos, debemos aprender a comprenderla cada vez más profundamente, debemos aprender a amarla. Comprometámonos a ello, ¡vale la pena! Descubramos la íntima riqueza de la liturgia de la Iglesia y su verdadera grandeza: no somos nosotros los que hacemos fiesta para nosotros, sino que es, en cambio, el mismo Dios viviente el que prepara una fiesta para nosotros. Con el amor a la Eucaristía redescubriréis también el sacramento de la Reconciliación, en el cual la bondad misericordiosa de Dios permite siempre iniciar de nuevo nuestra vida.
7) Demostrar que Dios no es triste
       Quien ha descubierto a Cristo debe llevar a otros hacia él. Una gran alegría no se puede guardar para uno mismo. Es necesario transmitirla. En numerosas partes del mundo existe hoy un extraño olvido de Dios. Parece que todo marche igualmente sin él. Pero al mismo tiempo existe también un sentimiento de frustración, de insatisfacción de todo y de todos. Dan ganas de exclamar: ¡No es posible que la vida sea así! Verdaderamente no.
8) Conocer la fe
        Ayudad a los hombres a descubrir la verdadera estrella que nos indica el camino: Jesucristo. Tratemos nosotros mismos de conocerlo cada vez mejor para poder guiar también, de modo convincente, a los demás hacia él. Por esto es tan importante el amor a la sagrada Escritura y, en consecuencia, conocer la fe de la Iglesia que nos muestra el sentido de la Escritura.
9) Ayudar: ser útil
       Si pensamos y vivimos en virtud de la comunión con Cristo, entonces se nos abren los ojos. Entonces no nos adaptaremos más a seguir viviendo preocupados solamente por nosotros mismos, sino que veremos dónde y cómo somos necesarios. Viviendo y actuando así nos daremos cuenta bien pronto que es mucho más bello ser útiles y estar a disposición de los demás que preocuparse sólo de las comodidades que se nos ofrecen. Yo sé que vosotros como jóvenes aspiráis a cosas grandes, que queréis comprometeros por un mundo mejor. Demostrádselo a los hombres, demostrádselo al mundo, que espera exactamente este testimonio de los discípulos de Jesucristo y que, sobre todo mediante vuestro amor, podrá descubrir la estrella que como creyentes seguimos.
10) Leer la Biblia
       El secreto para tener un "corazón que entienda" es formarse un corazón capaz de escuchar. Esto se consigue meditando sin cesar la palabra de Dios y permaneciendo enraizados en ella, mediante el esfuerzo de conocerla siempre mejor. Queridos jóvenes, os exhorto a adquirir intimidad con la Biblia, a tenerla a mano, para que sea para vosotros como una brújula que indica el camino a seguir. Leyéndola, aprenderéis a conocer a Cristo. San Jerónimo observa al respecto : "El desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo"
* * *
En resumen…
       Construir la vida sobre Cristo, acogiendo con alegría la palabra y poniendo en práctica la doctrina: ¡he aquí, jóvenes del tercer milenio, cuál debe ser vuestro programa! Es urgente que surja una nueva generación de apóstoles enraizados en la palabra de Cristo, capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y dispuestos a para difundir el Evangelio por todas partes. ¡Esto es lo que os pide el Señor, a esto os invita la Iglesia, esto es lo que el mundo – aun sin saberlo – espera de vosotros! Y si Jesús os llama, no tengáis miedo de responderle con generosidad, especialmente cuando os propone de seguirlo en la vida consagrada o en la vida sacerdotal. No tengáis miedo; fiaos de Él y no quedaréis decepcionados.
PAPA BENEDICTO XVI

1 comentario:

  1. Que bellisimos consejos de nuestro Santo Padre y que Bondad la de Dios de regalarnos al Papa, que de Verdad ama a los jovenes. De corazon le sugiero a este sitio que publiquen asi en pagina principal las enseñanzas semanales del Papa, pues siendo El Vicario de Cristo en la tierra es primero a traves de Benedicto XVI que DIOS LE HABLA AL HOMBRE DE HOY. Los felicito por el sitio.

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